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Porque Del baúl Sabio..

Este
sitio es un compilado de notas, apuntes, blocks, cuadernos y libros que he
guardado en un baúl, lugar donde se encuentra concentrada toda mi formación
terapéutica en cuestiones de terapias
complementarias.

Mi intención, no es
realizar escritos con orientación pedagógica, sino despertar incógnitas y
realizar conclusiones de todas las experiencias vividas junto a aquellos que han
compartido un encuentro terapéutico.


Si alguien lo lee, se siente identificado, le genera
preguntas, curiosidad, inquietud y busca respuestas...



Misión cumplida...

domingo, 14 de octubre de 2012

Sanando Heridas..


A veces determinadas crisis nos hace entrar en un pozo inundado con un montón de emociones y no sabemos cómo salir.

Y es así como muchos de nosotros, en aquel manotazo de ahogado,  estamos apenas aferrados a una chispa de luz para seguir viviendo. Apenados, desahuciados, entregados, tristes y sin ver ningún horizonte pero respirando.

De pronto, alguien, un amigo, una propaganda, una revista o un cartel hace que prestemos atención a algo que quizá nos haga sentir diferentes. Así aparece la Terapia Floral para muchos, como último recurso, agotados de tanto volver a empezar. Y bueno, probemos, a ver qué pasa…

Y así fue la historia de Tomás (el nombre es ficticio) que vino a la consulta porque quería sentirse mejor ya que como era paciente oncológico, el tratamiento que llevaba a cabo lo agotaba demasiado. Las idas y venidas al hospital todos los días limitaron su espacio de recreación, su encuentro con amigos y su actividad laboral. Quedando extenuado en cada sesión de radioterapia y/o quimiterapia apenas tenía fuerzas para terminar el día levantado. De todas maneras Tomas tenía mucha fuerza de voluntad. Anémico y con dolores corporales cada mañana se subía al auto y se dirigía a cada actividad que debía cumplir.

Su historia transcurrió como un hombre fuerte, trabajador incansable para dar a su esposa e hijos lo mejor.

Siempre me contaba que lamentaba que el exceso de trabajo hizo que la mayoría de las veces que regresaba a su hogar encontrara a sus hijos dormidos. Y que de golpe se le habían pasado los años y no pudo ver de cerca su crecimiento.

La adolescencia de su hijo varón y los pocos encuentros con su padre por estas cuestiones laborales abrieron una brecha muy grande entre ellos. Su hijo creció, se casó, formó un hogar y una familia. La distancia seguía.

Trabajamos con la aceptación de la enfermedad, el enojo,  el miedo a la muerte, el miedo al dolor y al sufrimiento. El conectarse con él mismo, sentarse, abrir el corazón, poner el alma sobre la mesa, permitirse llorar, sentirse vulnerable, ver sus errores, reconocer sus proezas, desnudar lo mas interno de sí hizo que apareciera el amor, el perdón, la misericordia.

Y un día llamó a su hijo, se sentaron a tomar un café, le habló de su afán por el trabajo en pos del bienestar de ellos. Pidió perdón por el tiempo que no le dedicó. Y le dijo en voz bien alta cuánto lo amaba!!

Fue tan sanador!. Se liberó de una mochila tan pesada que Tomás en poco tiempo pudo partir en paz rodeado de los seres que han dado sentido a su vida.

Esta historia puede ser la de muchos. Démosle tiempo para reflexionar, parar la vorágine de las responsabilidades. Busquemos a diario un momento para el encuentro y mirémonos a los ojos!!...esos ojos guardan los mejores mensajes que cualquier red social, libro o página en internet.

                                         Digamos Te Amo con los ojos..!!

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