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Porque Del baúl Sabio..

Este
sitio es un compilado de notas, apuntes, blocks, cuadernos y libros que he
guardado en un baúl, lugar donde se encuentra concentrada toda mi formación
terapéutica en cuestiones de terapias
complementarias.

Mi intención, no es
realizar escritos con orientación pedagógica, sino despertar incógnitas y
realizar conclusiones de todas las experiencias vividas junto a aquellos que han
compartido un encuentro terapéutico.


Si alguien lo lee, se siente identificado, le genera
preguntas, curiosidad, inquietud y busca respuestas...



Misión cumplida...

jueves, 25 de octubre de 2012

El arte de curar


El arte de curar ha sido tema de estudio en todas las sociedades, con diferentes filosofías y durante  toda la historia humana.

La medicina homeopática, la medicina Ayurvédica, la medicina china y variantes de la filosofía oriental contemplan al hombre como un todo en cuerpo, mente, emociones y alma, debiendo estar  todas ellas en equilibrio para que la enfermedad no aparezca. Si esta armonía desaparece en una de sus áreas, terminará por manifestarse síntomas físicos. Somos energía y cada área tiene una frecuencia vibratoria diferente.

Los orientales sostienen que “el espíritu no es más que materia en su mayor grado de vibración y la materia no es más que espíritu en su menor grado de vibración”.

El cuerpo físico ha sido ampliamente estudiado en la medicina tradicional y la bioquímica encontrando soluciones galénicas para cada caso. ¿Pero qué sucede cuando nos duele el alma, cuando sentimos que el corazón se resquebraja? ¿Qué pasa cuando nuestras emociones se desmoronan, qué le pasan a nuestros deseos, ambiciones, sentimientos y afectos?

Seguramente cuando padecemos algún malestar emocional empezamos a sufrir de insomnio, dolor de cabeza, trastornos gástricos, trastornos en la piel, falta de memoria, falta de concentración, irritabilidad solo por nombrar algunos síntomas.

También, todo lo contario. O acaso no le sucedió que estando cerca de la persona que ama, su corazón comenzó a palpitar más fuerte, sus manos estaban sudorosas, la sonrisa espléndida tatuada en su cara, y su frecuencia respiratoria más agitada…?

Entonces podemos afirmar que el cuerpo físico manifiesta lo que sucede en las áreas mental y emocional a través del sistema nervioso.

Desde el enfoque holístico, es decir, tomando al hombre como un todo, la enfermedad nos enseña algo, somos responsables de la cura y esa enfermedad es una señal de alarma.

Para E. Bach, el creador del sistema floral que lleva su nombre, la personalidad era más importante que el cuerpo para recuperarse de la enfermedad. Daba ejemplos sosteniendo que pacientes con la misma enfermedad reaccionaban de forma diferente de acuerdo a su personalidad. Están los más optimistas que ayudan a recuperarse más rápido, hay otros que necesitan estar  solos para descansar, otros  todo lo contario se vuelven  muy demandantes, otros los aprisiona el miedo a que empeore su cuadro, etc., etc.

El siguiente párrafo lo escribió el Dr Drauzio Varela y lo tituló “El arte de no enfermarse” y resume todo lo aquí expuesto.

Si no quiere enfermar…hable de sus sentimientos.

Emociones y sentimientos que son escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades como gastritis, dolores lumbares, dolor de columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera en cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros secretos, nuestros errores..! . El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia.

Si no quiere enfermar…tome decisiones.

La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana es hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de piel.

Si no quiere enfermar…busque soluciones.

Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

Si no quiere enfermar…no viva de apariencias.

Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc., está acumulando toneladas de peso…una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.

Si no quiere enfermar…acéptese.

El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de nuestra vida saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.

Si no quiere enfermar…confíe.

Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en sí mismo, en los otros y en Dios.

Si no quiere enfermar…no viva siempre triste.

El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperar la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia”.


Para una vida más feliz… porque usted lo merece!!

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