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Porque Del baúl Sabio..

Este
sitio es un compilado de notas, apuntes, blocks, cuadernos y libros que he
guardado en un baúl, lugar donde se encuentra concentrada toda mi formación
terapéutica en cuestiones de terapias
complementarias.

Mi intención, no es
realizar escritos con orientación pedagógica, sino despertar incógnitas y
realizar conclusiones de todas las experiencias vividas junto a aquellos que han
compartido un encuentro terapéutico.


Si alguien lo lee, se siente identificado, le genera
preguntas, curiosidad, inquietud y busca respuestas...



Misión cumplida...

martes, 11 de noviembre de 2014

Cuento Taoísta

TEMPLO TAOISTA WONG TAI SIN
Foto de David Aiza
El Cielo y el Infierno

Según una antigua leyenda china, un discípulo preguntó a un gran maestro y vidente:

- Maestro, ¿cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?
Y el maestro respondió:

- Es muy pequeña, y sin embargo de grandes consecuencias...
Vi un gran monte de arroz cocido y preparado como alimento. A su alrededor había muchos hombres hambrientos casi a punto de morir. No podían aproximarse al monte de arroz, pero tenían en sus manos largos palillos de dos y tres metros de largo. Es verdad que llegaban a coger el arroz, pero no conseguían llevarlo a la boca porque los palillos que tenían en sus manos eran muy largos. De este modo, hambrientos y moribundos, juntos pero solitarios, permanecían padeciendo un hambre eterno delante de una abundancia inagotable. Y eso era el infierno.

Vi otro gran monte de arroz cocido y preparado como alimento. Alrededor de él había muchos hombres, hambrientos, pero llenos de vitalidad. No podían aproximarse al monte de arroz, pero tenían en sus manos largos palillos de dos y tres metros de largo. Llegaban a coger el arroz, pero no conseguían llevarlo a la propia boca porque los palillos que tenían en sus manos eran muy largos. Sin embargo, con sus largos palillos, en vez de llevarlos a la propia boca, se servían unos a otros el arroz. Y así acallaban su hambre insaciable en una gran comunión fraterna, junta y solidaria, gozando a manos llenas de las personas y de las cosas, en casa, con el Tao. Y eso era el cielo.

“El egoísmo, la codicia, la envidia, la lujuria, la gula forman el infierno; el amor, la confraternidad, la gratitud, la veracidad, la solidaridad forman el cielo. De Uno depende donde dirijamos nuestra mente”